Evolución y diagnóstico.
Es un tipo de alopecia que está marcado por momentos de picos altos de calvicie seguidos por otros en los que el cabello vuelve a crecer. A largo plazo si es cierto que su evolución es realmente impredecible y hay estudios que marcan que el 10% de los pacientes afectados no vuelven a recuperar el cabello en aquellas zonas en las que se ha perdido.
Existen muchas formas de manifestación, pero la más común es la que se caracteriza por la aparición de zonas sin pelo en forma de óvalo y de manera aislada, pudiendo incluso afectar al pelo de las cejas, de las pestañas y otras partes del cuerpo, convirtiéndose entonces en “universal”.
Uno de los mayores peligros que existen es que se pueda convertir en irreversible, dañando los folículos pilosos e impidiendo el nacimiento de nuevo cabello ya que quedarían inservibles.
En nuestra clínica nos servimos de la tricoscopia para diagnosticar el tipo de alopecia y el grado de evolución de la misma, y en este caso, además, al ser provocada por afecciones autoinmunes, es necesario llevar a cabo un análisis médico que marque exactamente cuál es el foco que la ha desencadenado.